miércoles, 15 de abril de 2020

LA SALUD MENTAL COMO OBJETO DE ATENCIÓN PRIORITARIA


Desde nuestro espacio de atención psicológica tenemos claro y exhortamos a que la salud mental sea objeto de atención prioritario durante la emergencia sanitaria y crear todas las estrategias para el después…
Investigamos y nos preguntamos cuál es la situación de la salud psicoemocional de la gente y los mecanismos de intervención para la salud mental y la asistencia psicosocial por medio del trabajo social, asegurar y sostener la atención psicológica y psiquiátrica.
Nos postulamos tener claro nuestro proceder como centro de salud psicoemocional y psicológica. Para lo que podemos fraccionar etapas de intervención. Estas diferentes etapas nos permiten saber las emergencias a las cuales asistir, reconocer quienes están en una situación de mayor vulnerabilidad y sufrimiento psíquico y armar las estrategias acordes a la situación actual.

En primer lugar es fundamental hacer trabajo de prevención y promoción de la salud mental y emocional, nos referimos a la comunicación e intercambio con la gente para pensar juntos los riesgos y consecuencias que genera el aislamiento social y más aún los miedos, prohibiciones y el manejo social de la información. La amplitud de redes de información y diferentes noticias agobia y son contraproducentes para la salud emocional estable. Esta primera etapa de acercamiento y concientización de la situación que vivimos todos, es un trascurso difícil, de conexión emocional interna y personal para reconocer nuestros padecimientos y vulnerabilidades.

En segundo lugar creemos fundamental poder conformar una estrategia de contención y abordaje psicológico y emocional. Hacer real y eficiente la ayuda y la escucha en el momento que lo requiere la persona. Estamos hablando de una primera atención y orientación. El asistir en el momento justo y necesario del sentir de cada persona, dar una respuesta a tiempo y una estrategia de atención es fundamental.
En tercer lugar y en una etapa de responsabilidad como agentes de salud mental es importante que si la persona identifica un malestar podamos asistir hasta su contención y tratamiento sostenido. Donde tenemos muchos obstáculos que pasar y además que flexibilizar nuestros encuadres para contemplar la situación de salud y económica de la  persona entre otras cosas.
Ante todo lo que hemos mencionado la labor de la salud mental es un campo amplio que nos requiere atentos para diferencias las necesidades y las mejores estrategias de abordaje, buscando estar presentes en las situaciones más diversas. Contemplando, asesorando y asistiendo en momentos de sentir emocional y subjetividades de tiempos nuevos para muchos. Donde planteamos que es momento de reconocer nuestra manera de sentir y desde ahí habilitar los espacios de cuidado y atención psicoemocional y terapéutica.
Hemos hablado ya en varios otros escritos de las consecuencias emocionales y psicofísicas del distanciamiento, ausencia de espacios de compartir, esparcimiento y la cultura del miedo como base para la planificación diaria de nuestras actividades. Nuestro trabajo con esto conlleva el reconocimiento de las dificultades en la población, el trabajo en prevención y en asistencia al malestar psíquico que tiene enormes. Estar atentos para la atención en crisis, la insistencia en la comunicación interpersonal y el monitoreo para detectar dónde y cómo actuar.
Comunicar y hacer llegar nuestras maneras de atención sanitaria así como  difundir las estrategias de autocuidado, asistencia y apoyo clínico durante y después de la emergencia. Escuchar y trasmitir más que nunca que lo que cada uno siente y de la manera que vive estas circunstancias son muy importantes y valoradas para acompañar en la asistencia clínica psicológica y emocional.
Es también nuestra postura como siempre, estar en contacto e intercambio con los equipos de salud que estén trabajando en el cuidado y atención psiquiátrica y psicológica para conformar una red de contactos de asistencia.
Reiteramos estar en recepción de consulta y con todas nuestras maneras de comunicación abiertas…
Lic. Daniela Muñiz. Psicóloga Clínica
CJP 104320.
Tel: 098592791
E-mail: Licdanielamuniz@gmail.com

lunes, 13 de abril de 2020

Escrituras ante la emergencia sanitaria, asistir en momentos de desgano y privación


Nuestra postura como clínicos y agentes de salud mental es el análisis de las situaciones por las que estamos transitando, así como la búsqueda de sostenimiento de la atención y contención de quienes mantienen o necesitan iniciar sus espacios terapéuticos.
Estar expuestos a los medios de comunicación implica estar siendo parte de un contexto creado de pánico y terror social, la agresividad sostenida, la violencia de las noticias y el miedo que imparten, generan un alto monto de ansiedad que no notamos en el momento.
Nosotros como personas estamos conformados en un entramado social complejo donde nuestro lugar sociocultural y pertenencia a los grupos nos hacen y conforman. Esta situación social mundial genera efectos directos en nuestra subjetividad y sentir cotidiano que no vamos evaluando. Estamos siendo invadidos por un mensaje constante de posible pérdida o riesgo de ella, hablamos de los riesgos directos de enfermedad pero también de las posibles pérdidas laborales, vinculares, de actividades etc. Estas sensaciones identificadas por nosotros no pueden coexistir sin ser viabilizados y la ausencia de actividades o movimientos sociales que nos permitan sublimar hace que cada uno de estos sentimientos estén siendo reprimidos o negados por cada uno de nosotros. La fantasía de miedo, pérdida o derrumbe emocional se transforma en ansiedad con la máscara del deber cumplido y la fuerza colocada en la necesidad de resistir. El miedo real y la incertidumbre pasan a ser un miedo general compartido y posiblemente resistido. Ingresamos entonces en una cultura de la soledad, disfrazada de valor y autocuidado, en un momento de reducción de las relaciones, vínculos y contactos sociales. Consideramos que sale al juego la ilusión de que el encierro y la soledad son el cuidado cuando en realidad, conforman el alejamiento de todo lo que nos genera placer, elevación de los deseos y generamos distancias.
Aceptamos, fomentamos y generamos la vida en el modo aislamiento que está sostenida por el miedo, así creemos que podemos suplantar con la tecnología vínculos o relaciones, encuentros o estudios, cuando lo que hacemos es conformarnos para tener herramientas donde reprimir lo que nos pasa en un contexto de hacer todos lo mismo y compartir las conductas con la ilusión de un cuidado generalizado. Ilusiones que serán muy dolorosas si no se cumplen con el transcurrir del tiempo, porque consideramos que  la visualización a futuro puede ser un tanto diferente a la que se trasmite en las noticias.
Como  personas somos todos diferentes, y lo que estamos describiendo manifiesta según nuestra forma de sentir, los efectos adversos de todo este entramado complejo. Las crisis de angustia, los estados depresivos, los ataques de pánico, el incremento de la ansiedad, las urgencias de trastornos afectivos, y una lista interminable de consecuencias.
Con este planteo lo que invitamos a pensar es, antes de esta emergencia en curso, el número de personas con estas y otras muchas patologías es un número muy importante en estadísticas, hoy en día muchas personas que no están siendo asistidas porque con su actividad laboral y cotidiana logran lidiar con estos elementos de su personalidad, ahora están expuestos a estos sentimientos desbordantes y devastadores, además sin la atención sostenida ni de inicio en salud mental de ser necesario. El análisis y la pregunta que hacemos es la siguiente, no estamos hablando de otra emergencia social, de riesgo y en curso? Por qué motivos no podemos poner en primer lugar también el riesgo y sufrimiento que está generando este malestar sostenido y socializado y por qué no se asiste en salud mental?
Por otro lado y un planteo no menos importante que realizaremos de forma extensa en otro escrito, cuánto se sabe y se informa a la población en general de nuestro sistemas de defensas emocionales para estar inmunológicamente fuertes y protegidos ante cualquier enfermedad, estacional, grave o no tanto? Tenemos en cuenta que nuestro estado emocional ante la restricción, prohibición y además engaño con mantenernos ocupados con cosas que no son nuestra vida real, decae nuestras buenas sensaciones, baja el nivel de tolerancia y autoplacer emocional y esa es una de las principales causas de canal para que nuestro cuerpo se debilite y pueda recibir y permitir muchas enfermedades y dolencias…
Cuanto queda por continuar pensando y haciendo.. Espero tus opiniones y aportes.
Lic. Daniela Muñiz.
Psic. Clínica. CJP 104320. 
TEl 098592791