sábado, 31 de marzo de 2018

Nuevos peligros en salud mental; ¿hijos hiperactivos o adultos sobrepasados?.....


Hay una nueva realidad creciente que nos compete. Frente a la consulta clínica diaria se observa el incremento de la demanda por problemáticas supuestamente infantiles, son nuevos sufrimientos de nuestros hijos, con consecuencias negativas y que requieren que podamos todos actuar de forma inmediata.
Algunas estadística señalan que de 5 niños 1 tiene problemas de salud psicoemocional, y que eso muestra el incremento de que casi la mitad de los niños llegan a ser catalogados por problemas de conductas o de hiperactividad o déficit de atención. Lo cual lleva a desembocar en la creciente demanda de adolescente con problemas de comportamiento, adicciones, autoestima y depresión entre otras varias cosas.
Las causantes que desarrollan y forman estas problemáticas se encuentran en el medio ambiente y en los estilos parentales e intrafamiliares que están desviando las relaciones, vínculos y comunicación emocional.
Hagamos una mirada a lo que estamos viviendo y generando:
-Si observamos se incrementa la ausencia de figuras emocionalmente estables, paternas y consolidadas.
- En los grupos familiares hay ausencia de la puesta de límites y de los deberes y responsabilidades de los niños, ausencia de disciplinas y consolidación de espacios permisivos que generan vacíos, inseguridad y falta de protección.
- Las actividades de los adultos colaboran a una vida para el niño con rutinas extensas, con problemas en sus rutinas, en su alimentación y déficit de sueño. A lo cual se le suma falta de ejercicio físico y disfrute al aire libre.
- Los espacios recreativos y de la puesta en marcha de nuestra creatividad son reducidos por nuestras tareas, actividades y compromisos, donde el niño siente y sostiene la frustración y la ansiedad lo invade.
- Hemos eliminado para ellos las oportunidades de aburrimiento, de que creen por sus propios medios tareas para hacer y eso hace a que todo tenga que estar pronto, listo a su manera y con la electrónica a su alcance.
Entonces si pensamos en la vida donde tenemos padres ocupados, estresados o ausentes física o emocionalmente, adultos permisivos en donde el niño es el que “gobierna el mundo”. Les hacemos creer que pueden todo, que son los mejores, inflamos su autoestima en vez de hacerlos responsables y capaces. No ponemos límite, permitimos una mala alimentación y estilo sedentario a lo cual le sumamos las horas de juegos tecnológico y la satisfacción de caprichos inmediatos…..
Entonces yo me pregunto, ¿En el niño que tiene un déficit de atención, que tiene hiperactividad, que es inquieto?....
Si queremos una generación de hijos felices, exitosos y saludables, necesitamos volver a pensar nuestros ritmos de vida, lo que hemos como adultos delegado, lo que nos frustra, nuestras infelicidades para no ser un puente de estos sentimiento para nuestros niños.
Recuerden que a veces resulta más fácil trasportar los malestares, depositar las dolencias que vernos vulnerables y frágiles.
Lic. Daniela Muñiz
Psicóloga clínica
098592791