domingo, 27 de octubre de 2013

Afrontar las pérdidas y muerte en la infancia;

Nos ubicamos en la situación de perdida en general, es decir la ausencia de algo o alguien importante, con un lazo afectivo para el niño que por circunstancias previstas o inesperadas deja de estar. En los niños de edad preescolar el problema que se presenta es, que consideran a la muerte como algo que puede modificarse, sería un sentimiento así como, quién ha muerto volverá a cenar conmigo como todos los días.
Considerar la muerte como algo variable y no tener la capacidad de comprender el concepto de irreversibilidad es una característica de los niños en la primera infancia. No asimilan que sea algo fijo, puede pasar que fallecida la persona querida el niño comente que si mañana va a venir.
Los niños más pequeños consideran a la muerte un estado temporal como el dormir o marcharse, y es en la etapa de entre los 5-7 años que se establece el concepto de muerte, aunque aún "rudimentario".

Es importante considerar que el resto del entorno y seres queridos están también de duelo, lo cual hace que estar pendiente del niño y sus sentimientos  en estos momentos sea tarea difícil emocionalmente. El ambiente familiar está afectado se encontrará tocado, pero debemos intentar que el cuidado y las atenciones del niño no se vean alterados.

En general los niños necesitan que se les participe del problema brindándoles información correcta y sencilla, que deberá ser acompañada de apoyo emocional, tal como seguridad y comprensión para afrontar la pérdida.

POSIBLES REACCIONES DEL NIÑO ANTE LA PÉRDIDA;
-        El niño puede intentar mostrar que nada le ocurre, hacerse el fuerte y que no le duele, comportamiento que tiene que ser pasajero para que no se convierta en un problema a futuro.
-        Puede pasar que el niño niegue la muerte y esto es que no asimile totalmente la pérdida.
-        Las reacciones del niño más observadas ante la muerte son la expresión brusca del dolor por medio de su comportamiento de rabia, reacciones violentas, irritabilidad, o como pesadillas. No puede controlar las emociones que está experimentando, puede incluso parecer muy enojado con el resto de la familia.
-        Puede mostrar un retroceso, en su proceso de desarrollo, empieza a hacer cosas que ya había superado, se orina, pide chupete, porque necesita llamar la atención y ser protegido.
-        Incapacidad para quedarse solo, provocándole un miedo intenso para relacionarse con compañeros, puede aislarse, no jugar, se deteriora su rendimiento o no quiere ir al colegio.
-        Puede tener variaciones en su apetito, o dificultades para ingerir cualquier alimento.
-        Hay casos más extremos donde el niño quiere irse con el fallecido, porque no consigue pasar el duelo.

COMO ACTUAR ANTE LA PÉRDIDA;
          Los padres deben de estar conscientes de cuáles son las reacciones esperadas y cuales los comportamientos que pasan de lo que es el proceso de duelo, para consultar a un profesional. Es esperado que pasadas algunas semanas de la muerte, el niño sienta una tristeza profunda o que crean que el ser querido continúa vivo, pero consideremos los tiempos de los comportamientos que expresábamos, porque negar el hecho o evitar mostrar lo que se siente, a largo plazo son problemas importantes.

- Es recomendable que el niño asista a los actos velatorios, sin ser obligado, ni presionado, pero si compartir con él el hecho.
- No evites sus preguntas, siempre es bueno responder las preguntas que tenga el niño, una forma puede ser leer historias donde signifique lo que pasa.
- Dale respuestas breves y sencillas, Los niños de corta edad no pueden manejar mucha información, por lo que es necesario explicar la muerte sin inventar historias, dejarle lo más clara posible la situación.
- Dale razones sencillas, explicar las causas en forma clara y separar la posibilidad que algo pueda sucederle a él o ella.
- Muestra tus sentimientos, es importante no mostrar ni una postura de tristeza exagerada pero tampoco  ocultar el malestar, contarle que los adultos también lloran y que esto tanto como a él, te pone mal. Los niños perciben claramente el cambio de humor de sus padres y es muy feo para él sentir que se lo ocultas.
- Evita eufemismos, no decir frases que el niño aún no tiene la capacidad de comprender, porque el niño puede referirlas a sí mismo, generarle miedos o no entender lo que quieres explicarle.
 - Ten cuidado cuando hables de Dios y del cielo, sin cuestionar las creencias religiosas de cada grupo familiar, hay que saber que decir que el niño pueda comprender.
- Dale seguridad, la creencia de los niños de corta edad de que el mundo gira en torno a ellos, les puede hacer sentir que ellos generar la ausencia, por lo que hay que ser claros en que no tiene nada que ver con ellos.
- Ten en cuenta que el tema surgirá repetidamente, las preguntas pueden reiterarse y hay que estar preparado para responder y aclarar todo porque la idea de permanencia de la muerte es difícil.
- Recuerda al fallecido, Los niños necesitan mostrar lo que sienten y significarlo en comportamientos, dependerá de la familia y creencia pero no ocultar la ausencia de la persona o mucho menos esforzarse para no nombrarlo, por medio de dibujos, cuentos o como cada uno pueda ayuda a elaborar lo que esa experiencia dejó.
- No le restes importancia a la muerte de una mascota. Éste es el primer contacto de muchos niños con la muerte y puede ser un evento muy trágico para ellos.
- No abandones la rutina, porque ésta da sensación de seguridad. Continuar asistiendo a sus actividades, seguir con sus horarios y verte que todo continúa.
- No intenten ser perfectos, Si estás muy triste por una muerte reciente, no siempre podrás responder todas las preguntas, pide ayuda y recuerda que cuanto más te ayudes a ti misma a procesar tu pérdida, mejor preparada estarás para ayudar a tu hijo, ahora y más adelante.

Una vez que el niño acepta la muerte, es normal que manifieste su tristeza, a veces en momentos inesperados, es importante acompañarlo, permitirle expresarse y no minimizar lo que le pasa.
Si la persona muerta era esencial para la estabilidad del mundo del niño, la ira es una reacción natural. Esta ira se puede manifestar en juegos violentos, pesadillas, irritabilidad o en una variedad de otros comportamientos. A menudo el niño se mostrará con enojo hacia los miembros sobrevivientes de la familia.

No dejes de consultar si frente a toda esta etapa algo crees que puede dañar a tu hijo, o si necesitas una orientación tanto para ayudarlo como para ayudarte…


Lic. Daniela Muñiz

Psicóloga